Se ponen a calentar en una pota la leche, con la corteza de limón (pequeños trozos ó uno grande, superficial, sin coger la parte blanca de la piel para que no agrie el arroz), los palos de canela (hay quien los ata, para poder retirarlos luego mejor) y la sal.
En un cazuela pequeña se cubre con agua la cantidad de arroz y se pone al fuego. Cuando comienza a hervir (humea) se retira y se pasa a un colador y de ahí al grifo con agua fría.
Cuando la leche de la pota empieza a hervir fuerte (que se quiere salir), se echa el arroz de golpe y se pone a fuego lento (el número 3 sobre 9 en cocina eléctrica), se tapa y se va removiendo (con cuchara de palo) cada 7 minutos al principio y con más frecuencia después. Para que quede cremoso debe estar al menos 2 horas a fuego lento.
Al finalizar el tiempo, se echa el azúcar y el anís y se prueba, rectificando si fuese necesario.
Presentación. Se retira a una fuente y se echa canela en polvo o se puede requemar mezclando en una taza azúcar y canela y espolvoreando y acto seguido aplicar el quemador.